Es una bella carta, que ha de representar un estímulo para todos los que participamos de este lindo proyecto educativo... Seguro que les va a gustar...
Carta
a una persona especial:
Querida Pilar, tengo la necesidad de agradecerle, por estar conmigo siempre que la necesite. Será cosa de Dios o del destino, que en los momentos
más importantes de vida, estuvo conmigo más que
una madre.
En momentos felices como mi comunión y confirmación, estuvo usted y
mi padre, en mi adolescencia tan difícil que me tocór llevar o durante el accidente
de mi padre, cuando estuvo al borde de la muerte, y, gracias a Dios, estuvo ahí,
para abrazarme como la madre que en esos
momentos yo tenía lejos. Usted fue la directora de una escuela a la que yo
asistí, pero para mí fue como una madre.
Usted
es una de las personas más llenas de bondad, de amor, de solidaridad, que jamás
conocí en mi vida. Nunca vi dar tanto amor a
cambio de nada. Si algún día me preguntaran ¿a quien le harías un monumento?
Estoy segura que usted se merece uno.
Hoy, siendo ya una mujer de 26 años, tengo que agradecerle por haber estado en la despedida de un ser tan querido como el de
mi abuelita paterna. No me va a alcanzar la vida para agradecerle tantos gestos
de amor para conmigo, cómo para mi familia. Me gustaría que les trasmitiera
estas líneas a las chicas que hoy tengan la suerte de tenerla como directora, que
agradezcan a Dios por estar en la Sagrada Familia , porque realmente siempre
fueron una gran familia. Además de educarnos tan bien todos, maestros y profesores, hoy
en día agradezco la educación que recibi. Me sirvió de mucho todo lo que
aprendí en esa maravillosa escuela, y siempre voy a estar orgullosa de haber estudiado
y compartido tantas enseñanzas de vida en ese lugar. Me encantaría llegar al corazón
de esas niñas que son como yo lo fui alguna vez. Que aprovechen la oportunidad que les da Dios de educarse, de formarse como
persona, pero también como ser humano. Lo que más llevo en lo profundo de corazón es que nadie en la vida te enseña los valores que yo aprendí en ese lugar: amar
a Dios y al prójimo, a ser agradecido y valorarse como persona, y a valorar a todo lo
que queremos.
Espero que valoren muchísimo todo lo que esa maravillosa escuela les pueda brindar. Cuiden mucho a Pilar, que es un tesoro en ese lugar. Sin ella tantas
chicas como yo, o como ustedes, no seriamos nada en vida. Cuídenla como a una madre, y sepan que también sabe ser muy buena amiga; con ella
siempre se puede contar.
Y a
usted, Pilar, con un simple gracias por existir no alcanza, pero le agradezco
todo lo que me dio como persona, y a Dios por haberla puesto en mi camino.
Yo
no habría podido ser tan feliz si usted no me hubiera educado y aconsejado. Siempre va a estar en mi corazón, la quiero mucho.
Su
ex alumna.
J.A.L.
Buenos Aires, 22/02/2012